
Al punto, que si fueras un niño en esta época y estuvieras haciendo las maldades que hacías de estudiante, quizás buscando balancear un poco el desbalance de poder entre un maestro déspota o un sistema educativo autoritario y tú, te estarían dopando igual que se hace con tantos niños normales, cuyo único pecado quizás haya sido ser víctimas de maltrato en el hogar y no conocer otra cosa qe el insulto y el enojo, porque es como los han criado o víctimas de un sistema educativo que ve en los estudiantes una mera fuerza laboral a la que hay que clonar hacia la docilidad, para que sean ciudadanos que no piensen por sí mismos y compren los periódicos locales y la basura que les brinda el marketing, sin cuestionar.
Les comparto este punto de vista de parte de John Silber, Decano de Boston University
“Cuando la escuela usa criterios acientíficos para lograr diagnosticar y drogar a niños, le hacen trampas al niño que se ve privado de usar sus recursos innatos para cambiar,
adaptarse y entenderse con su ambiente.
En lugar de reconocer las dificultades que conlleva el proceso de maduración y ayudar al estudiante a navegar un curso saludable, educadores le colocan una etiqueta patológica a este proceso normal.
En lugar de contribuir al desarrollo de la confianza del niño en su capacidad de convertirse en un adulto exitoso, suprimen su confíanza al insistir que una anormalidad neurológica existe, cada vez que el estudiante causa perturbación en el maestro y enseñándole que depende de una droga para operar como una persona normal.
A más y más niños se les están imponiendo personalidades químicamente derivadas y se les aísla de tensiones y percepciones que forman parte de su maduración. Es una total perversión de la misión de la educación, fundada sobre la perversión de la ciencia”.
John Silber
Decano de Boston University
No hay comentarios:
Publicar un comentario